lunes, 20 de junio de 2011

RESEÑA HISTÓRICA DEL PALACIO MUNICIPAL DE SAN JUAN NEPOMUCENO






Autor: Edwin Armando Calvo Ramos-MD-
 



Cuando el pacificador Pablo Morillo, llegó a Cartagena de Indias, en septiembre de 1815 y le puso sitio a la ciudad, muchas familias abandonaron la ciudad y fueron a refugiarse  en sitios alejados y más seguros. Al caserío de San Cayetano, de escasos 40 años de fundado por don António de la Torre y Miranda (13-agosto-1776), llegó una familia de apellido Rodríguez Bustillo. Posteriormente, se trasladan a nuestro pueblo, que en ese entonces, era una parroquia con escasos cinco mil habitantes. Llegan tres hermanos: Polearco, Foción y Librada Rodríguez Bustillo.
El mayor, Polearco, se casa con la joven Mercedes Diago Echávez, natural de Corozal (antigua piletas). Con el tiempo, se dedica al comercio, especialmente, a la compra-venta de tabaco, y luego,  a la ganadería, adquiriendo extensas propiedades hacia la parte sur del pequeño pueblo. El gran negocio del tabaco y su exportación a Europa, les da solidez económica y le permite pensar en grande para el futuro de sus hijos. En el año de 1870 construyó un enorme edificio de dos plantas,  con ladrillos cruzaos de cuatro en cuatro, con calicanto, horconaduras que soportaban el segundo piso, puertas de carreto, una flamante escalera, techo de tejas y un enorme patio donde albergaba las recuas de mulos y caballos. Esta edificación carecía de los arcos de medio punto y las columnas que hoy ostenta.
Según los historiadores sanjuaneros, Roberto Arrieta Barrios, Humberto Bustillo Martínez  y Luis Reyes Castellar, el matrimonio conformado por don Pedro Manuel Bustillo Holguín y Candelaria Ibarnadó  de Zubiría, fueron los primeros habitantes de una gran casona de paredes de tablas que ellos construyeron después de haberse radicado en San Juan Nepomuceno. Se habían casado en la ciudad de Cartagena de Indias en el año de 1812, y procedían de Santa Fe de Bogotá, de donde emigraron a la región Caribe en el año de 1809. Sus ancestros (Pedro Manuel Bustillo de Ceballos y Óbregos  y, su esposa, Isabel Gregoria Holguín y Figueredo), eran españoles que habían llegado a Santa Fe de Bogotá en 1775.
Los esposos, Pedro Manuel Bustillo Holguín y Candelaria Ibarnadó de Zubiría, tuvieron los siguientes hijos: Policarpo, Teodosia e Ignacia. Al parecer, fue la señora Ignasia Bustillo Ibarnadó quien vendió la vieja casona de tablas al joven comerciante de tabaco, don Polearco Rodríguez Bustillo, quien era familiar de los dueños de la vivienda.  
Sus hijos fueron a estudiar a las mejores universidades de Colombia y se hicieron abogados y políticos de gran renombre nacional, destacándose los eminentes doctores, Ramón Rodríguez Diago (16-nov-1876 en San Juan- 31-marzo-1937 en Bogotá) y Gabriel Rodríguez Diago (13-enero-1887 en San Juan – 26-enero-1942 en Cartagena).
En el año de 1908, el 25 de abril, y luego de un fuerte vendaval que azotó a todo el pueblo, el techo de la casa del difunto don Polearco (fallecido el 2 de noviembre de 1891), se hundió y eso motivó al estado de calamidad de la edificación. Fue abandonada y quedó como un monumento republicano carcomido por el paso implacable del tiempo.
Para el año de 1942, otro de los hijos de don Polearco, el doctor Enrique Rodríguez Diago, quien siempre había vivido aquí en su pueblo natal, toma la decisión de negociar el edificio construido por su padre y, afortunadamente, con la intervención de don Efraín Posso Martínez, don Manuel Gazabón Carmona y don Juan Posso Osorio, el municipio de San Juan Nepomuceno,  compra el viejo y deteriorado caserón por la suma de $ 6.000.oo pesos, según consta en los viejos libros notariales de 1942. La compañía de petróleos Texas Petroleun Company hizo un importante aporte monetario para la compra de este bien inmueble a favor del municipio de San Juan Nepomuceno.
Para el año de 1944, llegan a San Juan, los sacerdotes salvatorianos y con su gran empeño y sabiduría, hacen la restauración de la vieja mansión de don Polearco, conservando su estilo republicano, y resaltando por los imponentes arcos de medio punto y sus columnas.
El edificio restaurado se destina a servir como PALACIO MUNICIPAL, para albergar la Alcaldía Municipal, Concejo Municipal, oficina del correo, Juzgado municipal, Tesorería e inspección de policía con cárcel y dos bóvedas. En sus patios funcionaba la morgue, en donde se realizaban las necropsias al aire libre y dando un espectáculo dantesco al público que se subía a las paredillas.
El PALACIO MUNICIPAL  se convierte en patrimonio histórico del municipio de San Juan Nepomuceno y un símbolo fehaciente del prestigio de este municipio que es cuna de intelectuales, poetas y políticos de gran reconocimiento en los altares de la patria.
Durante la primera administración del doctor Manuel González Angulo, 1988-1990, la inspección de policía y la cárcel fueron trasladadas a un edificio que se construyó al lado del PALACIO MUNICIPAL. Posteriormente, en ese mismo sitio, donde funcionaba la estación de policía, se dio inicio a la construcción de un edificio de dos plantas que sería la sede de la Casa de la Cultura Municipal y el Concejo Municipal, éste en el segundo piso. Esta obra ya se había iniciado en la administración del doctor Domingo Bustillo Gómez, 1995-1997.
En el sitio ocupado por la estación de policía y cárcel, previa remodelación, se adecuó para que funcionara la tesorería y otras pequeñas dependencias, como planeación municipal y oficina del SISBEN.
Durante la administración de doña Beatriz Valencia viuda de Osorio, el edificio del PALACIO MUNICIPAL, fue sometido a ciertas restauraciones y se pintó con un color amarillo ocre, devolviéndole su antigua hidalguía y encanto republicano.
En el año de 2009 el edificio estaba en lamentable estado de deterioro, tanto en sus paredes de calicanto, su pintura y la madera de todas sus puertas y ventanas. El plafón del segundo piso estaba por colapsar ante el deterioro de sus estructuras metálicas que lo sostenían y la filtración de aguas pluviales que habían permeado y agrietado el viejo caparazón.
En la administración de Jorge Fernando Barrios Guzmán (2004-2007), se iniciaron las gestiones a nivel nacional para conseguir los recursos que sirvieran para la restauración del PALACIO MUNICIPAL de San Juan Nepomuceno.
Gracias a la importante y tesonera gestión de los doctores Jesús Puello Chamié, Dairo Bustillo Gómez, Miguel Ángel Rangel y, de nuestro alcalde, doctor Roberto José Guardela Osorio, se consiguieron, ante el gobierno nacional, en Bogotá, los recursos económicos (800 millones de pesos), y se abrió la licitación para que una firma de ingenieros iniciara los trabajos de restauración.
Estos trabajos se iniciaron comenzando el año 2010 y la arquitecta sanjuanera, Miladis Blanco Laguna, fue la encargada de dirigir todas las obras que le devolverían la belleza arquitectónica republicana y la majestuosidad del edificio llamado PALACIO MUNICIPAL, en donde, en años anteriores, se le había hecho un sensible homenaje a don Polearco y a su hijo, doctor Ramón Rodríguez Diago.
A partir de ese homenaje, se estableció el nuevo nombre de CENTRO ADMINISTRATIVO “RAMÓN RODRÍGUEZ DIAGO”.
El 28 de diciembre del 2010, el doctor Roberto José Guardela Osorio, y ante la presencia de los doctores Jesús Puello Chamié, Dairo Bustillo Gómez y Miladis Blanco Laguna, con el acompañamiento de un número importante de personajes sanjuaneros, y la bendición del sacerdote Rafael Castillo, se inauguró el CENTRO ADMINISTRATIVO “RAMÓN RODRÍGUEZ DIAGO”, cuya infraestructura lucía una deslumbrante imponencia digna de una magna obra reconocida como patrimonio histórico- cultural del municipio de San Juan Nepomuceno.